Cuando alguien amado fallece, deja un vacío en nuestros corazones que se llena de melancolía, tristeza y sufrimiento.
El ser humano y su existencia, desde siempre, significa caminar entre logros, ideales y sufrimientos, donde la enfermedad y el fallecimiento son parte inexorable de la vida. Lo importante es verlo como una oportunidad de crecimiento y de dar un significado al «ser», a la existencia y trascender, no verlo como una condena o castigo.
Es por esta razón que la tanatología ofrece a las personas una nueva esperanza y luz para encontrar significado a sucesos como el fallecimiento, la enfermedad, el sufrimiento y las pérdidas, ofreciendo ayuda y resaltando la importancia de que la persona que sufrió una pérdida reciba atención profesional, según sus necesidades físicas, espirituales y psicológicas.
Tiene gran importancia, debido a que su campo de acción cubre, no solo el proceso de fallecer, sino también las pérdidas significativas de las personas. Es por esta razón que la tanatología es un servicio de calidad a la vida, donde se resalta la dignidad inalienable de cada persona, hasta su último suspiro, al derecho de un trato humano, amable y digno.
También es donde pueda permitirse vivir la última etapa de su vida, no como una mera espera pasiva del fallecimiento, sino como una etapa activa, creativa y amorosa donde la persona puede tomar pleno sentido de su vida y del momento final.
La importancia de la tanatología ayuda a superar las pérdidas de las personas, ya sean físicas, emocionales o sociales, para superar este proceso de dolor y seguir con la vida de forma normal. Las pérdidas no se superan, es cierto, pero se aprende a convivir con ellas de forma saludable, sin que se estanque su vida y pueda seguir adelante.
Asimismo, la labor del tanatólogo es el de acompañar y apoyar a las personas a enfrentar las pérdidas, a elaborar el duelo, ayudar a encontrar un sentido al sufrimiento, identificar las emociones que se tienen y que pueda seguir con su vida, aceptando la pérdida con paz y dignidad.
El duelo debe llevar un proceso adecuado, donde deben reconstruirse emociones y pensamientos, tales como que la vida ya no será igual sin lo que se perdió, o el ser amado, la pérdida de ilusiones y expectativas, vacíos emocionales y la pérdida de la confianza de que las cosas ya no seguirán su rumbo habitual.
Es por esta razón que es muy importante tener en cuenta cuáles son los mitos y realidades que hay sobre el duelo en el día a día: