Enfrentar la pérdida de un ser querido es una experiencia profundamente dolorosa. La tristeza puede abrumarnos y confundirnos.
El perder a un ser querido o cercano implica un duelo muy doloroso, un reto muy difícil que afrontar, que puede generar un dolor profundo y una oleada de emociones complicadas.
Hemos escuchado muchas veces que es parte natural de la vida, que todos llegamos a ese momento, pero, aun así, el golpe emocional y la confusión nos llegan, provocando períodos largos de depresión o tristeza, llevándonos a «vivir el duelo».
El duelo es la respuesta emocional, completamente normal, de una persona ante la experiencia de una pérdida de alguien cercano, un ser amado. Este proceso conlleva tiempo, además de que involucra diferentes emociones y comportamientos.
«El duelo incluye todo el proceso emocional de enfrentarse a una pérdida, y puede durar mucho tiempo».
En este proceso podemos experimentar muchas emociones, acciones y expresiones diferentes. Cada una de ellas nos ayuda a aceptar, poco a poco, la pérdida de un ser querido.
Sabemos bien que no existe un tiempo «normal» de duración del duelo. Para algunas personas puede durar meses, para otras, años.
Se ha hablado de cinco fases del duelo por las que se puede pasar: negación, ira, negociación, dolor emocional o depresión y aceptación. No hay un orden específico de estas fases, cada persona puede experimentarlas en distinto orden; incluso algunas fases no llegan a aparecer.
El duelo es una etapa necesaria por alguna pérdida y cada uno lo vivimos de forma diferente, con tiempos distintos de duración y a su manera. Existen algunos consejos que pueden ayudar en este difícil momento:
Pero si no tienes deseos de hablarlo, también está bien, no tienes que sentirte presionado a hacerlo. Busca maneras de expresar tus emociones y pensamientos, por ejemplo, con un diario, una canción, un poema o hacer un álbum de fotos de tu ser querido. Puedes hacerlo para ti o compartirlo con otros.
Esto es, también, clave para hacer el proceso de duelo un poco más llevadero, para dotar al organismo de la energía necesaria para poder hacer frente a los pensamientos negativos y poder seguir adelante.
Plantar un árbol o un jardín en su memoria o enmarcar fotos de momentos felices que vivieron juntos, son acciones que puede ayudar a vivir el proceso de duelo y a conmemorar la vida del ser amado.
La terapia tanatológica ayuda en el proceso de duelo a reinterpretar las emociones y pensamientos, otorgando las herramientas necesarias para despedirte y poder conectarte de una nueva forma con tu ser querido.
También son útiles para aprender a afrontar fechas o momentos especiales, como el cumpleaños de la persona querida, las primeras navidades sin ella, el aniversario de su fallecimiento, etc. Estos pueden provocar tirones de dolor sin avisar, que pueden desmoralizar.
Estar con personas que aprecian a tu ser querido y te acompañan puede ser reconfortante y te ayuda a vivir el duelo, para integrar con amor la memoria de tu ser amado a tus días.