Tanatologia

¿Cómo superar la pérdida de una madre?

Equipo Arriaga
Editor de contenido

El amor de una madre es eterno e infinito, es el amor más grande con el que cuenta cada persona: es la que nos dio la vida, todo su cuidado, cariño y atención desde que nos encontramos en su vientre hasta volvernos adultos.

El vínculo con una madre es único, gracias a su amor incondicional. Por este motivo es alguien indispensable dentro de nuestras vidas.

Cuando una madre fallece, los sentimientos primarios resurgen; es muy diferente a otras pérdidas, ya que las madres son el primer vínculo, la figura cuidadora que daba seguridad, por lo tanto, se regresa al miedo e inseguridad, incluso siendo un adulto independiente.

¿Qué puede pasar con esta pérdida?

Se dice que cuando se pierde a una persona tan cercana como una madre es necesario reconfigurar la relación interna con ella.

Hay una serie de síntomas por los que puedes pasar en estos casos, desde psicológicos o emocionales, que van a provocar confusión, ansiedad, irritabilidad, tristeza profunda, ira, rabia, etc.

Síntomas físicos que se presentan son debilidad, pérdida o ganancia de peso, problemas de sueño, falta de apetito sexual, llanto constante, opresión en el pecho, etc.

Dentro de los síntomas sociales podrías notar aislamiento y resentimiento hacia el entorno.

Del lado de todos los síntomas mencionados, se les puede considerar normales, pero se vuelven preocupantes si la intensidad de estas emociones no cesa, impidiéndote seguir con tu vida de forma natural.

Para esto, es recomendable visitar a un tanatólogo para ayudarte a afrontar y superar el duelo por la pérdida de alguien tan amado como una madre.

¿Cómo afrontar esta pérdida?

Perder a una madre puede llevar a un proceso muy doloroso, que no se compara con nada, pero con ayuda de ciertas herramientas puedes aguantarlo y ser más amable contigo, con tu salud.

  • Date la oportunidad de sentir cada sensación, cada emoción y recuerdo

Cabe mencionar que la pérdida de una madre no es algo que se supere por completo o que se pueda dejar atrás tan fácilmente, ya que ellas tienen que ver mucho con lo que somos hoy en día. Es un hecho que este acontecimiento nos acompañará toda la vida.

Por esto, es importante armarse de mucha paciencia y comprensión a uno mismo, puesto que tomará mucho tiempo procesar todo lo que implica la pérdida. Lo más importante es tratarte a ti mismo con mucho amor, respeto, consideración y haciendo caso de tus emociones, todas y cada una de ellas son válidas.

  • Aceptación

Sin la mamá la vida ya no será la misma, es obvio que va a cambiar; lo que era la normalidad ya no va a estar. La aceptación llega cuando se entiende que las cosas serán diferentes, pero no peores.

La vida sigue avanzando y siempre llega la adaptación, tarde o temprano, sobre todo gracias al apoyo de familiares y amigos. Sí, habrá un vacío en el corazón, pero se aprende a vivir con el vacío de las ausencias de muchas formas distintas.

  • Habla de tu madre, recuérdala

Está bien tener días malos: habla de tu sentir, lo que te duele, para que duela menos. Es una buena forma de pasar el duelo si compartes esos momentos vividos con mamá.

«Recordarla es una forma de honrarla por siempre. Su recuerdo vivirá para siempre en nuestro corazón y así es como la harás presente».

Es importante tenerla presente, pero cuidando que esos recuerdos no te bloqueen, sino que te impulsen a seguir adelante. Por lo tanto, tu madre siempre quiere lo mejor para ti, que sigas con tu vida, siendo lo más feliz que puedas.

Una forma de rendirle homenaje es que disfrutes tu vida, que tengas una vida significativa.

  • El duelo es diferente para cada persona

Tanto los hermanos como el padre pueden pasar su duelo de forma completamente distinta, porque la relación que tenían con la madre no era igual, así que se debe respetar esta forma de afrontarlo.

Algunos necesitan más tiempo para llorar, otros necesitan pasar tiempos en soledad y otros hablarlo con personas cercanas.

No se debe apresurar a nadie a superarlo, a seguir adelante; cada persona necesita su tiempo en su propio ritmo, con distintos procesos internos de reajuste emocional.

Es importante aceptar que la tristeza y la añoranza llegarán a tu corazón de vez en cuando: habrá días malos, pero es completamente normal. Recuerda:

El dolor se transforma poco a poco, en otra forma de amor que nos acompaña y nos cuida…

Te invitamos a seguir nuestro podcast para continuar con el tema: 

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