Perder a un ser amado puede significar un cambio radical en la vida de cada uno, en los planes futuros y hasta en los hábitos del día a día.
Cuando fallece un ser querido hay distintos rituales, ceremonias y procedimientos donde entran los siguientes conceptos: inhumación, funeral y cremación. Lo importante es conocer la diferencia de cada uno y las prácticas que se siguen con ellos.
Cabe recalcar que hay muchas formas de honrar y respetar al ser amado fallecido, pero dependiendo de la cultura y el lugar, cada proceso puede llevarse a cabo de distinto modo.
Muchas personas, hoy en día, establecen planes en su testamento o con funerarias sobre lo que quieren después de fallecer; aquí entra la decisión, ¿inhumación o cremación? ¿Cómo será el funeral? Los tres conceptos son diferentes procesos relacionados con el fallecimiento de una persona.
Veamos la definición de cada uno y sus diferencias, ya que no son lo mismo.
La inhumación, también conocido como exequias o sepelio, se le conoce como al conjunto de ceremonias o actos que acompañan al proceso de transportar, dar sepultura, e incluso incinerar (cremar) el cuerpo de la persona fallecida.
Se le considera un ritual donde el cuerpo del ser querido se coloca bajo tierra con sus pertenencias favoritas o apreciados. El cuerpo puede ser colocado en un ataúd (que se sella antes del proceso), el cual se ubica en un féretro, nicho o cripta.
Comúnmente, muchas familias acuden a sus iglesias para realizar la inhumación; estas iglesias suelen contar con cementerios adyacentes.
Los detalles que giran en torno a la inhumación varían según la época, la cultura, la posición socioeconómica del fallecido y las creencias religiosas de la familia y el ser amado.
Generalmente, a la inhumación la acompañan otros ritos ceremoniales como el embalsamiento, velatorio o, incluso, la cremación, sino se realiza el traslado del fallecido hasta su sepultura.
Esta opción es cada vez más utilizada para la preparación final del cuerpo del ser querido, debido a que suelen ser una opción más barata que la inhumación, permitiendo a las familias obtener un servicio tradicional de forma más sencilla.
Además, permite cierta personalización, ya que mucha gente la considera más significativa y tiene más opciones para guardar o esparcir las cenizas. Incluso, más personas la prefieren por ser una opción ecológica, con un profundo significado y recuerdo para el futuro.
Esta información quizá ayude en esa decisión, respetando sus creencias y lo que creen que pueda generar más paz y consuelo a las personas cercanas al fallecido.